Primer aniversario



Ha sido un día agridulce. Estamos bien, más o menos. Un poco mejor que el año pasado, quizás. O puede que no. La verdad es que no hemos hablado de ello hoy. Hemos conmemorado este primer aniversario de tu muerte yendo a misa, sintiéndote y llorando al escuchar tu nombre, abrazándonos fuerte a la salida y comiendo juntos en vuestra casa. En tu casa. Sintiéndote aún más. Porque parece que sigues allí, que vas a salir de la cocina en cualquier momento con más bandejas para decirnos que no hemos comido nada.

Te echo muchísimo de menos. Llenabas tanto que hay días que aún pienso si será verdad que hayas podido irte. Y sé que soy de las que tiene la parte fácil, la de llegar a mi casa, cerrar la puerta y seguir con mi vida. Sé que para ellos el dolor es insoportable. Él te echa tanto de menos...Creo que nunca imaginó la vida sin ti. Nadie la imaginábamos. Es rara la vida sin ti, tita. Es dura, es triste, está vacía. 

"Es incompatible con la vida", dijo uno de aquellos médicos hace justo un año. Recuerdo que me enfadé al oír esa frase. Este no tiene ni puta idea, pensé. Qué va a ser mi tía incompatible con la vida. Ella ES la vida. Y abracé fuerte a mi prima y lloramos hasta quedarnos sin aliento mientras yo sólo era capaz de repetir una y otra vez "esto es una mierda, Mari, esto es una puta mierda".  No alcancé a pronunciar nada más alentador porque no lo había.  Perderte así de repente era una gran mierda y yo no era ni siquiera capaz de imaginarme el dolor aún más insoportable que estaría sintiendo si fueras mi madre. 

Pero ¿sabes? ha pasado un año y lo están haciendo genial, puedes estar tranquila. Se cuidan y se quieren tan bien como cuando lo hacías tú. Yo creo que si pudieras vernos, hoy habrías estado contenta. Todos juntos, tu casa llena de gente, como siempre. Como antes. Como cuando yo pasaba fines de semana enteros con vosotros. Como cuando me sentábais en el huerto mientras recogíais patatas. Como cuando os subíais al árbol para repartir cerezas para todos. Como cuando llegó, allí mismo, Papá Noel en helicóptero. 

Ojalá mis hijos puedan atesorar de su familia tantos recuerdos bonitos como los que tú me diste a mí.

Te quiero. Es fuerte, pero no sé si te lo dije alguna vez.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Reclamaciones a RENFE Cercanías

¡Di Zapastra!

Sí, os quiero