Una serie de catastróficas desdichas

Me prometí a mí misma que no escribiría sobre mi garrulismo al volante, pero estos días he descubierto cuánto me ayudan a sentirme mejor las anécdotas de garrulismo superior al mío, así que voy a hacerlo por el bien de los conductores novatos.

En primer lugar, hay algo que cuesta creer: hace ocho años que tengo el carnet. Pero hace unos días decidí llevarlo en secreto, ya que la cara de la gente era un poema cuando me decían "Te acabas de sacar el carnet, ¿verdad?" y yo contestaba "qué va, me lo saqué en el 2001". En estos ocho años no he conducido más que en ocasiones contadas (todas ellas con alguna anécdota que destacar), así que a la pregunta anterior he optado por contestar: "Sí, me acabo de sacar el carnet". Y mientras no me pregunten por qué no llevo la L (que la gente cuando se pone preguntona, no veas), todo perfecto.

Antes de nada, me gustaría dedicar esta entrada al más fiel amigo del conductor: querido camionero, tú que siempre cedes el paso, tú que circulas a tu velocidad permitida por tu carril de la derecha, tú que nunca adelantas a otros camiones sin poner el intermitente, tú que miras siempre por la seguridad de los vehículos de tamaño inferior al tuyo: QUE TE DEN POR CULO.

Dicho esto, hablemos de las rotondas. Una rotonda es ese trozo de tierra redondo que va de coña cuando te pierdes. Este trozo de tierra está rodeado por dos carriles. Pero seamos claros de una vez...¿uno de ellos no sobra? Si yo entro en una rotonda, y tengo previsto coger una salida (q siempre me quedan a mano derecha), tengo dos opciones:

a) meterme en el carril de la izquierda, lo cual supondrá que para tomar la salida tendré q cambiarme al carril de fuera, esperando q los q circulan por él me dejen hacerlo, y con un alto número de probabilidades de que no lo hagan y me pase la salida.

b)meterme en el carril derecho y tomar la salida tranquilamente.

Esto limita al carril interior a ser utilizado sólo para dar la vuelta entera a la rotonda. O almenos, así lo hago yo. Y, tal vez sea muy simple, pero ¿no es lo más lógico? dejaos de librito de autoescuela, q yo también me sé la norma. Hablo de la vida real.

Soy de letras puras. Traductora, profesora de idiomas, fanática de la gramática y del vocabulario. Por eso quiero desde aquí hacer un llamamiento a los programadores de Tomtoms y enseñarles la diferencia entre los verbos 'cambiarse' y 'mantenerse'. Si yo voy por el carril del medio, y San GPS dice "manténgase a la izquierda", amén: sigo por el carril del medio, entendiendo que tengo otro a mi derecha. Sólo cuando compruebo que tenía que tomar un desvío por el carril izquierdo descubro q no debía MANTENERME sino CAMBIARME. Y esto me lleva a perderme continuamente y aguantar cada dos por tres el mismo sermón sobre la inutilidad del GPS. Como me dijo el inocente de mi tío: "Para ir por Catalunya no necesitas GPS". Si supiera cuántas vueltas inútiles he dado por mi propio barrio...

El caso es que ahora conducir me supone un sufrimiento y una tensión de la que me cuesta un día entero recuperarme. Esto es normal, ¿doctor? Me tiemblan las piernas, me cogen cagarrinas, no veo los carteles y pienso que todos los coches están pendientes de lo mal q lo hago todo. Y mañana lo tengo que ir a lavar. ¡Dios!

Comentarios

Juan Nadie ha dicho que…
jajajajajajajaja quiero ir contigo en coche
Unknown ha dicho que…
olé!
una definnició perfecte de com aptia jo al començar a conduir...
...però t'he de dir clara q arribarà un moment que ja no patiràs i dormiràs millor!

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