¡Di Zapastra!




Cuando vivíamos en Inglaterra, Gerard buscaba como loco en la biblioteca universitaria un libro de Juan Marsé. Cuando quisimos comprobar el resultado de juntar las dos primeras sílabas de nuestros apellidos, me dijo riendo "qué nivel! te sale Clara MarSe!". Cuando discutimos sobre si un escritor debe o no ir a la universidad, siempre explica que Juan Marsé, de formación autodidacta, trabajó en una relojería antes de publicar. Y a mí, llamadme simple, me hizo gracia el hecho de que Juan Marsé sea del Carmelo, por haber vivido siempre cerca de este barrio, y haber tenido la desgracia de hacer prácticas de coche por sus calles empinadas:

El Monte Carmelo es una colina desnuda y árida situada al noroeste de la ciudad. Manejados los invisibles hilos por expertas manos de niño, a menudo se ven cometas de brillantes colores en el azul del cielo, estremecidas por el viento y asomando por encima de la cumbre igual que escudos que anunciaran un sueño guerrero. En los grises años de la posguerra, cuando el estómago vacío y el piojo verde exigían cada día algún sueño que hiciera más soportable la realidad, el Monte Carmelo fue predilecto y fabuloso campo de aventuras de los desarrapados niños de los barrios de Casa Baró, del Guinardó y de La Salud. Subían a lo alto, donde silba el viento, a lanzar cometas de tosca fabricación casera, hechas con pasta de harina, cañas, trapos y papel de periódico


No tengo motivos sólidos para recomendaros Últimas tardes con Teresa. Sé que si lo hago y lo leéis, muchos me diréis que no hay para tanto. En mi defensa diré que hacía tiempo que leer la última página no me dejaba esta sensación de vacío, esta necesidad de volver a empezar.


[Pijoaparte, xarnego, Murciano, la Jeringa, el Cardenal...] Hay apodos que ilustran no solamente una manera de vivir, sino también la naturaleza social del mundo en que uno vive.

[Asombrosas descripciones de lo que es perder la virginidad] ...inconsciente y laboriosa preparación para que le extirparan, de una vez por todas, un complejo, operación a la cual ella decía siempre que, en el fondo, una debería someterse con la misma tranquila indiferencia con que se somete a una operación de apendicitis: porque es un órgano inútil y molesto que sólo trae complicaciones... (...) ...no precisamente por temor a que pudieran oírles (¿gimen de placer las vírgenes politizadas? Al final, seguro, como todas) sino en razón de determinado arropamiento o ternura familiar malograda en la niñez y que, de alguna manera, en el Pijoaparte debía favorecer la eyaculación.


Hace 42 años que se publicó la novela y podría tranquilamente ubicarse en la actualidad. Nos guste o no, las diferencias sociales siguen marcándose y los apodos siguen condicionando nuestra naturaleza, la de los niños, que siguen creciendo con diferencias y carencias. Unas materiales, otras afectivas, pero carencias al fin y al cabo, sea cual sea el monte donde vuelen sus cometas.
La triste diferencia es que ya no quedan aprendices de relojero dispuestos a comerse el mundo artístico. Hemos llenado la sociedad de Teresas.


...el intenso olor a acetona que transpiraban las ropas del muchacho y su mano roñosa al agarrar sus trenzas, obligándola a girar la cara lentamente y a pronunciar varias veces la extraña palabra ("¡Di Zapastra, niña pija, dilo!")

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Soy Gerard
Me ha encantado la entrada :-). Juan Marsé mola justamente por ser un escritor obrero que escribe mil veces mejor que todos los escritores burgueses q pueblan la literatura española contemporanea. Que vivan los autodidactas!!!
Anónimo ha dicho que…
Gerard de nuevo.
Lo he estado pensando mucho, y creo q sí q viviría en el Carmelo. Este fin de semana me he cruzado con un montón de buses Plaza Cataluña-Carmelo, así q el tema no anda tan mal comunicado. Si el piso está bien, pq no irse a vivir allí. Un besote
Unknown ha dicho que…
hola, soy o, la traductora el hebreo de este libro fantástico. yo si que tengo motivos para decirlo. será la quinta vez seguida que leo el libro, y tiene un arte de narración que poco libros tienen, un ritmo casi insoportablemente lleno de suspenso, una irónica fina y un sentido del humor. me encanta (igualmente, ya me gustaría terminarlo, llevo tanto tiempo que casi no puedo más). encontré este post buscando en internet zpastra, lo puedo decir pero no sé lo que es.
saludos desde el ciberespacio!
claramarse ha dicho que…
¡Pero qué honor! Una traductora de Juan Marsé escribiendo en mi blog!!! No sabes la ilusión que me ha hecho!
¿Sabes? Yo también busqué lo que era "zapastra" y tampoco lo tengo muy claro. La única aproximación que puedo darte es que sea una adaptación de la palabra catalana "sapastre", que significa algo así como torpe, bobo...
Ánimos!!
Mireia ha dicho que…
¡Hola! Yo también he encontrado este blog buscando en google la palabra "Zapastra". Estoy leyendo "Últimas tardes con Teresa" precisamente porque soy del Carmelo y estaba interesada en una descripción de mi barrio, buscaba una opinión fuera de mí. La verdad es que, casi medio siglo después de la publicación de esta novela, la vida en el Carmelo sigue siendo igual. Ha habido momentos en los que Juan Marsé ha logrado hacerme soltar una lagrimilla... ¡este barrio es maravilloso! Aunque las autoridades deberían cuidar un poquito más de él...

Sinceramente, me veo muy reflejada en este autor. Provengo de familia humilde, inmigrantes del sur de España y soy charnega. Una pija-aparte, ¿por qué no? Pero me encanta todo lo relacionado con el arte... ¡la condición social no tiene nada que ver con el arte!

Un saludo muy grande, es un placer haber encontrado este blog.
Anónimo ha dicho que…
Hola yo también he encontrado tu blog buscando zapastra. Es un libro maravilloso, acido y tierno, inteligente que te atrapa tanto por como esta escrito, como por sus personajes, sus reflexiones, su descripción de los grupos sociales y en especial de esa foto fija de la burguesía catalana que parece inalterable y permanece inalterada. Un saludo. Antonio
fruela de vill ha dicho que…
Zapastra es sapastre (memo, en catalá) pronunciado por un emigrante del sur (ceceando).

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